La convivencia con una familia anfitriona es un elemento clave para conocer una cultura por dentro. Mediante esta convivencia se aprenden las costumbres, creencias, ideales y el comportamiento cotidiano de la gente, algo que no se aprende en un museo.
Permite conocer personas, compartir con ellas, establecer amistades y apreciar genuinamente la forma de ser y de pensar.
Te permite a la vez practicar tus habilidades de idioma en un ambiente familiar y relajado, donde no importa equivocarse, pues es parte del proceso de aprendizaje.
Tal vez no tienes el tiempo para una experiencia cultural de largo plazo, por lo que una estadía familiar es la alternativa perfecta para muchas personas.